Esta semana hemos construido en clase nuestra "botella de la calma". Es un recurso estupendo para que los niños aprendan a reflexionar y a calmarse cuando están alterados. De esta manera aprenden a reconocer sus emociones y a gestionarlas mejor. Se trata de una simple botella con agua y brillantina. Cuando la aginamos la brillantina es un torbellino, y es comparable al estado de nuestra mente cuando estamos nerviosos. Para calmarnos tenemos que observar cómo la brillantina, poco a poco va bajando y depositándose en el fondo de la botella.
Este vídeo nos ha servido de punto de partida para la realización de la actividad:
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